Una de las paradoja mas articulada por el ser humano es la de creerse dueño absoluto de la verdad !que pretensión¡, esto lo aplicamos generalmente en todos los niveles de nuestra vida. No por esto nos ruborizamos en lo más mínimo, martillamos en lo mismo, da le y da le continuando a trocha y moche mirando a los demás las más de las veces con una mirada conmiserativa. Bajo este modo de ver las cosas cometemos errores tras errores, equivocaciones por demás: herimos, empujamos, ganamos el rechazo de casi todo el mundo, pero que nos importa ser el rompe grupo de todas las reuniones sociales en las que por accidente participamos; si internamente en lo más intimo de nosotros nos sentimos de lo mejor. Transcurriendo el tiempo como siempre de modo inexorable, algunos !oh sorpresa¡ en un instante no determinado, en un episodio a lo mejor intrascendente nos detenemos mirando en nuestro rededor y, la pregunta ¿que está pasando? siento casi físicamente el rechazo que genera mi presencia hasta en las reuniones de familia. Fuera de las reuniones de trabajo no tengo casi roce social, observo como me miran de reojo y cuando me vuelvo a mirar a mis compañeros me hurtan la mirada, tiene que haber un ¿por que?
Reflexiono: Hecho una mirada retrospectiva de mi vida, de mi comportamiento ¿por que me he vuelto una persona incomoda o mejor dicho desde cuando? De repente quedo pasmado cayendo en cuenta que; soy un ser chocante, prepotente, antisocial que gusta de hecharle los defectos de los demás en cara por que la verdad es mi mejor atributo, por que es mía y la verdad es la verdad - !que necio quien me dio la potestad de juzgar a los demás¡ ¿quien me dio esa ascendencia superior y erigirme en amo absoluto de la verdad. ¿quien? ¿quie...?
