viernes, 10 de diciembre de 2010

ESTRES Y DEPORTE


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                                                    ESTRÉS Y DEPORTE





La vida del ser humano está inmersa en multiplicidad de compromisos que generalmente se contraponen entre si, originando conflictos. La practica de cualquier deporte tiene la capacidad manifiesta de actuar como una compensación para distraer este estado que en verdad parece más bien una neurosis, puesto que al realizar una actividad física de considerable intensidad la mente opta por concentrarse en el ejercicio; impidiendo así que los pensamientos negativos nos hagan sus victimas. Pero estar saludable no solo significa disfrutar de bienestar físico y practicar un deporte, esto requiere hacerlo encuadrado con una buena actitud para lograr el equilibrio mental.

Este razonamiento tiene que llevarnos a pensar en lo siguiente: La sociedad en la que interactuamos cotidianamente cambia con rapidez extrema, provocando con ello que cada individuo tenga que afrontar de continuo, la más de las veces presionado; a enfrentar situaciones de variada complejidad. Es avasallante el ritmo de vida actual que de hecho está marcado por las imposiciones económicas y esto lamentablemente no favorece el equilibrio mental al que todos deberíamos alcanzar.

La palabra que reúne en si misma este contenido intrínseco es “Estrés”, implícitamente: nerviosismo, ira, impotencia, aburrimiento entre otros, sufriendo incluso desconcierto, incoherencia, irracionalidad, del individuo en su particularidad personal; explotación, injusticia. Las personas que presentan síntomas de estrés no tiene nada que ver con la edad, clase social, ni aun nivel cultural, todas las personas en algún momento pueden llegar a sufrir este flagelo del comportamiento humano. Sin lugar a dudas hoy día esta enfermedad, afecta a millones de personas en el mundo entero; causante de suicidios, infartos, desorden mental… innumerables personas no están muy de acuerdo con practicar deportes, por que erróneamente lo relacionan con la competitividad feroz y algunas consecuencias, entre otras; drogas, esteroides, fanatismo. Cuando no con; la estética y hasta con la homosexualidad, nada más descabellado.

En este contexto el deporte más bien podría considerarse como un vehículo conducente y por demás necesario para que nos ayude a alcanzar un estado de bienestar apropiado. Naturalmente esto no significa que el practicar un deporte nos va ha blindar contra este mal; realmente esto lo que va a propiciar es: vivir en una armonía relativa consigo mismo pero; armonía al fin y al cabo que se hace extensiva a vivirla con los demás. De verdad es importante lograr el estado de equilibrio entre la mente y el deporte. Generalmente en la mayor parte de las veces el factor desencadenante del estrés es la insatisfacción por un modelo de vida que nos ha venido impuesto.

Sin embargo no todas las situaciones causan una sola tipología de estrés. Es posible que el trastorno que produce la muerte de un ser querido nada tenga que ver con una manifestación nerviosa pero; tal vez un accidente de transito o un conflicto laboral si. Los niveles de tención tienen un mismo denominador común: se producen en un proceso de cambio que nuestro organismo detecta como una amenaza posible. El estrés por cierto es una manifestación natural del cuerpo a una circunstancia que nos intimida y por su acción resulta de una necesidad tan real como la sensación de hambre o en su defecto de sed. De hecho sin el estrés no podríamos adaptarnos a los procesos de cambio que se gestan en nuestro entorno. Una situación estresante puede perjudicar a un individuo cuando se manifiesta repetitivamente o con una intensidad extrema. Por fortuna el ser humano posee recursos muy variados que lo ayudan de alguna manera a atenuar los efectos de esta acción, cuando no es posible superar los efectos destructivos del estrés. Primordialmente resulta una necesidad aprender a tomar conciencia del estrés y ya se sabe que no es tan fácil o mejor dicho es más fácil decirlo que hacerlo. También hay que decir que el ser humano tiene una considerable habilidad de adaptación y en muchos casos tiene una sensación ilusa de ser inmune a la presión. En todo caso el organismo cuenta con mecanismos idóneos para lanzar señales de alerta, cuando quiere notificarnos un exceso de tensión.

¿Cómo aprender a detectar alguna de estas señales? Una sería no endilgarle culpa alguna a causas externas. No olvidemos que cada uno de nosotros es responsable por nuestra propia vida lo cual; nos permite elegir según nuestra conciencia. Concluyendo; que ciertamente gracias a este conocimiento llegaríamos a la conclusión de que deberíamos modificar o cual aspecto de nuestra vida que no nos llena, para modificarlo.