domingo, 25 de julio de 2010

¿PORQUE MIRAR AL PASADO?
Atesorar o aprisionar los recuerdos pasados felices o no a lo largo de nuestras vidas es si se quiere; seguir atados a ellos por morbo o por nostalgia, fieles a aquel axioma repetido de generación en generación, de siglo en siglo que, todo tiempo pasado fue mejor; palabras relucientes, brillantes pero que guardan en si mismas el encanto de la distancia. Esa distancia hace que se vuelvan encantadoras, como el sonido de la flauta del encantador de serpientes. Proverbialmente siempre se ha dicho “no todo lo que brilla es…” Los momentos vividos en el decursar de nuestras vidas, felices o infortunados dejaron de ser; tratar de darles nueva vida de retrotraernos al pasado, de insuflarles vitalidad es alterar el natural transcurrir del camino de la vida. Todos alguna vez hemos visto escrito en alguna parte, en lugares destacados; “no mires atrás”.


Unos tomamos en consideración el aviso otros no; aquellos que han mirado el mismo aviso sin tomarlo en cuenta, más pronto que tarde tendrán que aprender la lección por experiencia propia o ajena de; no mirar hacia atrás. Cuando miramos hacia atrás es peor que detenernos, cuando nos detenemos nos quedamos estáticos, paralizados, inertes, cuando miramos hacia tras; vamos en sentido contrario, estamos involucionando, estamos caminando contra el sentido natural del progreso de la vida, porque; que es la vida sino un continuo transitar hacia delante. Esta es una verdad tan sencilla, que acaso por eso mismo, no lo tomamos en cuenta y lo olvidamos olímpicamente, las personas, episodios que fueron son más bien una quimera, que no nos deja vivir en el presente,



Gran error; la vida es y está en el presente. Quien no vive en el presente desafortunadamente no está viviendo Para quien se sumerge y se alimenta del pasado podría ser algo gratificante y de buen ver; para ciertos escritores de novelas rosas decadentes, tal cual se estilaba en épocas anteriores. En los momentos actuales el hombre vive una dinámica diferente, la vida misma tiene otro sentido que lo obliga a mirar y caminar hacia delante sin vacilar, consiente del momento que vive. Estamos a las puertas de nuevos adelantos en todas las ciencias y disciplinas, en lo social y en tantas otras cosas que por el momento no alcanzamos a precisar. En el umbral tal vez de una nueva renovación psicológica del individuo, necesaria por cierto; para afrontar los nuevos tiempos que se avecinan.



Hay que ir arrancando las pasadas hojas del calendario de nuestras vidas, para no dejar que se enquisten ahí. Para que no nos ilusionen haciéndonos creer que el tiempo no ha pasado. El tiempo prosigue su avance inexorable y no podemos detenerlo. No miremos al pasado porque en ese estadio está lo que ha sido y no es. Se dice que recordar es vivir. Quizás si entendiéramos soñar por vivir. El soñar simplemente es revivir situaciones ya pasadas, más sin embargo no se puede decir que cuando soñamos vivimos. Los recuerdos en los sueños son visiones desfiguradas de algunas realidades que nos han tocado vivir en el pasado que se presentan de una y varias formas que; por muy bellas que sean están fuera de la realidad y por tanto no tienen nada que ver con la vida en el presente. La vida es un rayo de luz infinito que nunca se detiene; en ese transito puede sufrir transformaciones, en ella nada vuelve a comenzar originalmente y siempre continua sin descanso. La vida real.

TIBS

Monjes con los labios pintados

Según una noticia procedente de Bangkok, los monjes novicios en Tailandia que han estado “manchando la reputación de la conservadora fe budista” al llevar los labios pintados, ceñirse demasiado las túnicas, “caminar con movimiento de caderas exagerado y llevar bolsos de mano femeninos” la preocupación por la conducta de los novicios homosexuales; ha llevado a las autoridades religiosas a proponer que se den a los monjes lecciones de decoro. Un influyente predicador budista explicó que la homosexualidad en si misma no es algo prohibido para los monjes, “por que si lo fuera, habría que destituir a más de la mitad. (Tomado de Despertad).

No hay comentarios: