La aplicación hipócrita de la autodeterminación de los pueblos
Por medio de un manejo fraudulento del principio de
autodeterminación de los pueblos, un régimen, un gobierno de dudosa vocación
democrática puede abrogarse el derecho de decidir, actuar, disponer, dilapidar
las riquezas nacionales y hasta asesinar a sus conciudadanos con la mayor
desmesura y total irresponsabilidad.
De hecho hasta en el derecho internacional existe
confusión por la interpretación de la palabra “pueblo”; pero no es eso lo que
queremos destacar aquí, vamos a dejárselo a los expertos en derecho y la
jurisprudencia. Desde los tiempos en que se propuso y aceptara este principio,
los políticos, las potencias coloniales, los estados totalitarios han jugado,
hecho y deshecho con el carácter filosófico de este derecho humano y lo han
aplicado de acuerdo a sus intereses hasta de manera lujuriosa.
El concepto filosófico de libre determinación de los
pueblos resulta de la necesidad del ser humano de hacer realidad sus
aspiraciones y de la afirmación de la igualdad inherente en todo ser humano,
que está conformado por principios que no devienen únicamente de la cultura
occidental.
El contenido de este principio es multifacético y es
por eso que al tener tantas aristas cada quien lo interpreta y lo aplica como
le conviene. Sin embargo, a través de los años quienes mejor se han servido de
él han sido los gobiernos autoritarios y de corte totalitario sin dejar por
fuera a las potencias coloniales. En años recientes la aplicación del mismo le ha
presentado sus diferentes caras al mundo y cada una de esas caras en menor o
mayor grado siempre ha llevado la firma o la característica de un gobierno o
régimen divorciado de la democracia verdadera de manera abierta o solapada.
Pero; si hay diferencias en la manera de usarla;
nada tiene que ver la forma de aplicación de gobernantes como; Gadafi, Fidel y
Raúl Castro en Cuba, el tristemente célebre Videla en Argentina, el régimen de
Siria, pero antes de este Egipto.
El "estilo" de aplicación” del régimen de Bashar al
Asad en Siria es la forma más artera y ruin de esgrimir este derecho para su
interés y no el del pueblo sirio, en este momento se calcula que en la guerra
civil de este país ya han muerto aproximadamente 100.000 personas e incluso ya
las N.U. probaron que se usó gas sarín que mató a más de 14.000 personas. La
paradoja es que la humanidad tiene que quedarse “muerta” mientras este sátrapa
aniquila a su pueblo.
Por la aplicación hipócrita de la libre
determinación de los pueblos. ¿Ética, humana y de compasión deben las naciones
del mundo mirar impávidas como se masacra un pueblo por un régimen a todas
luces delincuente? ¿Dónde está el
respeto por la condición humana y la justicia? Cuando la historia juzgue a esta
generación en los años por venir. ¿Cómo la calificará? ¡Y si algún día nos
tocara a nosotros una tragedia como la de Siria! ¿El mundo entero mirará
lastimosamente tal acción sin mover un solo dedo para ayudarnos? ¡Tenemos que meditarlo!
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