Democracia y desgobierno
Debemos preguntarnos. ¿Por qué los países se vuelven
ingobernables? Las causas son infinitas. Cada vez que un país entra en crisis
generalmente son traumas que se han gestado en el pasado y casi siempre
motivado a causas políticas y económicas. Las sociedades latino americanas
tienen un prontuario dilatado debido a estos causales precitados.
Ya otras veces hemos comentado como a través de los
tiempos las sociedades del continente desde hace por lo menos 50 años y
fracción han estado sometidas al desgobierno por parte de los golpes de estado
y las dictaduras; dictaduras todas que han contribuido en sus naciones a que
sus pueblos se hayan divorciado de la democracia verdadera, entendida como
filosofía política para procurar el mayor bienestar posible para sus pueblos,
de manera objetiva y precisa.
Por todas estas razones y algunas otras a la gente
se le ha enquistado interiormente una decepción enfermiza que los ha permeado
en contra de la democracia tradicional que; con todos sus defectos, si sacamos
cuenta razonada en términos de gestión salen ganando en contraposición con
gobiernos de otras ideologías sean estas, socialistas, comunistas,
autoritarias-militaristas o un híbrido de varias de ellas convertidas en
instrumento de gobierno para someter, sojuzgar, y poner su planta dictatorial
en beneficio de pequeños grupos sectarios.
En los últimos 15 años en varios países de Suramérica se han
entronizado en las primeras magistraturas de ellos, gobernantes; que si bien
tenían legitimidad de origen porque; fueron electos por votación popular, se
han deslegitimado en el ejercicio del poder por defectos de gestión y
discapacidad en el desempeño de sus funciones de gobierno. Venezuela que había
sido ejemplo de democracia para América y del mundo entero, infortunadamente
desde hace tres lustros se ha convertido en la negación de esa democracia
ejemplar que representaba.
Sin embargo; no podemos cerrarnos bajo la premisa de
que los gobernantes de ahora tienen ellos solos la culpa del cambio que se ha
dado en la forma o en la pupila y el pensamiento por la que la gente ha
abortado su manera de ver la democracia pasada y sus valores.
Bastaron 40 años para que los ciudadanos voltearan
al otro lado, donde le ofrecían y decían lo que ellos querían recibir y oír.
Pasando lo que pasa en los matrimonios recientes donde todo es amor, disfrute y
risa, luego palabras, promesas, mentiras y más mentiras como cuando los
matrimonios son mal avenidos. El matrimonio hay que mantenerlo a costo de lo
que sea porque favorece a uno de los conyugues, porque es este el que mantiene
todas las ventajas y luego hasta desconoce a la otra parte, que en un momento
le sirvió para consolidar una posición.
Murió la armonía, cero condescendencias,
consideración… solo quedan la ruina, las amenazas, los insultos y las
imposiciones seudo-legales, siendo que ya sometieron al poder judicial y este
es coadyuvante de los intereses del poder en ejercicio. Ha sido cuesta arriba
construir una oposición coherente, fuerte, cohesionada y un liderazgo firme.
Que para este momento que nos ocupa está amenazado de recluir a estos líderes y
lideresas de, llevarlos a la cárcel para sacarlos de la carrera política.
Existe de hecho y derecho, censura para la libertad de expresión escrita, de
opinión, de medios. Ya existe un instrumento “legal” para calificar la libertad
de expresión y el derecho a difundirla, aunque sea la verdad, en Venezuela.
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