La Venezuela de hoy
En la integridad de un país confluyen muchas
vertientes que se concatenan para mantener un país en movimiento, en progreso,
dinámico, próspero.
Sin embargo cuando los gobernantes de cualquier nación
están de espaldas a los intereses de la gente, de los ciudadanos, lo social,
pero sobre todo en un manejo económico que no se comparece con los tiempos en
que vivimos vamos derecho al desastre más infame, afincado a la incapacidad, a
la desidia más falaz, a la indolencia y a un divorcio total de la realidad en
que vivimos.
En ese descalabro que se está gestando en contra de
la patria tiene mucho que ver el manejo político económico desfasado, irreal,
fuera de tiempo y ritmo con los nuevos tiempos que vivimos. Cuándo, las
instituciones están de espaldas a los intereses de los ciudadanos, esas;
instituciones están fuera del contexto para lo cual fueron creadas.
Instituciones que fundaron, crearon para administrar justicia, ley, igualdad,
bienestar, educación, el respeto a los derechos fundamentales de la sociedad,
libertad de expresión, libre tránsito y…
En este orden de ideas, el pueblo, la gente está
desvalida, inerme en manos de un grupo de aventureros que no tienen la mínima
idea de lo que significa administrar un país. Solo les preocupa mantenerse en
el poder a como dé lugar, preservándolo con dientes y uñas de la manera más vil
y cobarde. En la cúpula del poder nada importa la salud, el respeto, al
ciudadano, pues este solo importa cuando tiene que retratarse en las urnas de
votación cada 6 años, luego de ser edulcorados con miles de promesas que nunca
se cumplirán.
En el momento que nos encontramos ahora; está
naciendo un sentimiento de repudio
generalizado a las políticas del régimen, sentimiento que se está reforzando en
los corazones de los estudiantes de todo el país, en sus mentes. Esto no tendrá
un resultado inmediatista, pero; cada día el sentimiento de rechazo que genera
el régimen crece más cada día y, este ciego y sordo lo alimenta cada vez que
sus altos personeros abren la boca.
Como dato adicional; los gobiernos de América Latina,
salvo honrosas excepciones han guardado un silencio cómplice, cuando no una
apología interesada a favor del régimen, que les ha regalado, financiado y
descontado intereses de la nota de
crédito petrolera. Para muestra un botón: Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay,
Honduras, Nicaragua, Cuba, por supuesto esta última la más favorecida por el
gobierno de Venezuela y para beneplácito de los hermanos Castro, Fidel y Raúl.
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