Se perfila una triste realidad en Venezuela. El
cerco contra la libertad de expresión de una manera descarada, grosera,
anti-constitucional, se persigue a los periodistas, a los medios y hasta las
cadenas internacionales de noticias sufren este rigor. Las autoridades
venezolanas no tienen empacho, ni ahorran formas de persecución para tener la
libertad de expresión metida en un puño.
Son variadas las técnicas y cada una más perversa que
la otra. Se compra medios a los cuales se les ha propiciado condiciones
económicas precarias por medio de la presión oficial, que tiene varios
perfiles; por medio de Conatel, el ente del estado que administra el espectro
radioeléctrico nacional, que ejerce presiones legales, para luego convertirlas
en multas onerosas difíciles de cancelar por el medio agredido, por no tener la
disponibilidad de fondos para tal fin, luego de ser multados varias veces
seguidas por cuanta triquiñuela legal se les ocurra.
Después de haber preparado aviesamente el terreno
propicio, proceden a valerse de
testaferros para hacerse de estos medios, lo cual viene a ser un remate
verdaderamente y, luego convertirlos en medios de propaganda del régimen, que
transmiten durante 24 horas las “bondades”
del socialismo del siglo XXI, que nos tiene acogotados a la mayoría de los
ciudadanos de este país adeptos y no adeptos al régimen. Tal es el caso de la
televisora de noticias Globovisión, que luchó sola contra el régimen, hasta que
se hizo insostenible para los anteriores dueños mantenerla.
Hablamos de Globovisión, por ser el caso más
emblemático del acoso oficial, con este canal que hoy pertenece a la órbita
oficialista, creyeron amarrar con un bozal de arepas a los periodistas serios de
la planta pero; les salió el tiro por la “culata”
porque lo que han propiciado es una migración de estos profesionales a otros
horizontes, dejando atrás al gobierno con los crespos hechos.
Son una multitud de medios televisivos, impresos, radioeléctricos
de los cuales dispone el gobierno, ellos son mayoría en disponibilidad de
equipos y recursos pero; no en la calidad, honestidad, profesionalismo, y
manejo verás de la información en Venezuela. No estamos cerrados en reconocer
que dentro de los medios de información del régimen, existan profesionales del
periodismo de la mayor y mejor formación profesional pero; tienen que lidiar
entre decir la verdad o perder el trabajo.
Que es lamentable sí; lo es, pero;
algunas veces tenemos que dar un paso al frente. Por supuesto no es obligado.
Para terminar, ahora no se les aprueban las divisas en dólares para la compra
de papel periódico a los medios impresos, ni les permiten nacionalizar el papel
que se encuentra en puerto, tal es el caso del diario El Nacional y de otros
medios. Luego entonces. ¿Existe libertad de expresión?
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