La carta abierta del politólogo, humorista, venezolano Laureano Marquez, dirigida al Papa Francisco me ha parecido de especial relevancia para el momento actual que vivimos en Venezuela. No es un secreto para nadie que nuestra nación hace ya bastante tiempo se ha apartado del camino, democrático, constitucional, institucional. En el momento que nos ocupa se ha implementado una mesa de diálogo (4 Mesas de diálogo), para buscar reinstitucionalizar el país para tratar de alcanzar un cambio que nos conduzca de nuevo al camino democrático.
Sin embargo el gobierno persiste en atornillarse al poder de cualquier manera, manteniendo el control de las instituciones que tienen que ver, con la justicia, la ley y la institucionalidad a saber: Poder judicial, CNE (Consejo Nacional Electoral...), en fin para que abundar más en algo que es por todos sabido en Venezuela e internacionalmente. Lean con mucha atención la carta abierta de Laureano que es; más expresiva que mi comentario.
Carta abierta: Ad Papam Franciscus epistolam, por Laureano Márquez
Pater Sancte:
Qui dicit, est humili
filius comoedum, indignos vos. Primo gratias ad cura tui in nobis (mejor sigo
en español, S. S., no vaya a ser que las autoridades piensen que ando
conspirando, porque acá, le cuento, todo acto de discrepancia es conspiración;
toda disidencia, fascismo y toda protesta legítima, intento terrorista de golpe
de Estado).
Su Santidad, el modelo
político que actualmente vive Venezuela surgió enfrentando las fallas,
carencias y olvidos de la democracia venezolana que tanto trabajo costo
construir. Primero lo hizo a través de la violencia del golpismo y luego por la
vía electoral. Ofreció mayor democracia y libertad; ofreció recuperar la
dignidad ciudadana con avance y progreso para los olvidados y excluidos,
pero terminó -como dice el refrán- siendo peor el remedio que la enfermedad.
Los venezolanos llevamos dieciocho años viviendo en el
fracaso; nos hemos acostumbrado a vivir así. No es nuestro primer tiempo de
decadencia; la hemos vivido antes, como usted sabe, conocedor de Latinoamérica
como es; hemos tenido dictaduras más crueles, guerras civiles y la terrible
guerra de Independencia, que fue cruenta y casi nos acaba.
Sin embargo, nunca habíamos tenido un rumbo tan
desatinado y peligroso, tan estudiadamente intolerante, tan pobre de ideas, valores y principios y, sobre todo, tan
corrupto como el que padecemos los venezolanos hoy. Los indicadores que miden la felicidad
ciudadana —que, según Bolívar, era el propósito de los gobiernos— están en el
suelo: salud, seguridad, libertad de expresión, acceso a alimentación y
servicios. En fin, Santo Padre, la calamidad se apodera
progresivamente de Venezuela.
El concepto de derrota no es democrático, S.S. porque
se supone que en democracia todos ganamos. Aquí llevamos dieciocho años viviendo en la derrota. Hemos aprendido a convivir con ella en
todas sus formas. Para nuestro régimen, sus victorias no son parte de la
coexistencia democrática; son operaciones militares en las que se humilla al
vencido y que son usadas para cambiar las reglas de juego durante el juego.
Aquí, desde hace dieciocho años, el que pierde lo pierde todo, incluso la
condición de ciudadano y hasta de humano, para convertirse en apátrida,
fascista y gusano.
Somos un pueblo de dura cerviz —como el israelita que
adoró al becerro de oro frente al Sinaí— lentos en el aprender, con poca
internalización de los valores democráticos en el espíritu. Aprendimos a vivir
en la derrota, en la destrucción, pero hemos cambiado de opinión: hemos decidido
no seguir suicidándonos —que también es un pecado el suicidio político—. Según
todas las encuestas, alrededor del 80% de la población está muy cansada del
sistema que padece. Pero resulta que, para nuestro gobierno, oponerse a él es terrorismo, recoger firmas
es un delito, y solicitar el referéndum que la Constitución establece es
imposible.Queremos ejercer nuestra “dignidad ciudadana” pero
todos los caminos se cierran; marchamos “como corderos en medio de lobos”. Se
dicen amantes del pueblo, pero en el fondo lo desprecian, sobre todo cuando
éste cambia de opinión.
Como
comprenderá, Santo Padre, una nación con tales padecimientos tiene desconfianza en el
diálogo con quien ni siquiera cumple lo que establecen las leyes, que concentra todos los poderes y que
se acostumbró al desafuero.
Santo
Padre: estamos dialogando, no para pedir nada que la Constitución no
establezca. Por exigirlo, los ciudadanos son reprimidos, encarcelados en
lugares horribles llamados “la tumba”, asesinados y encima cínicamente acusados
de los crímenes de los que son víctimas. Y lo único que pedimos es votar.
Su Santidad: gracias por sus buenos oficios. Su
paisano Borges amaba las etimologías. Diálogo viene del latín y en este —tomada
a su vez del griego—, dicha palabra significa: dia “a través” y logos “palabra
o razón”. A través de la razón que expresan las palabras, dos personas hablan y
acuerdan cosas. Para ello es indispensable considerar “persona” al otro. Creo
que ahí esta el quid del asunto: los venezolanos queremos ser personas nuevamente.
Servus eius,
Laureano
Márquez (Güimar, España; 4 de julio de 1963) es un humorista venezolano nacido en las Islas
Canarias, España.1
Estudió Ciencias Políticas en la UCV, algo que influyó
definitivamente en su obra, puesto que siempre se ha centrado en la crítica
política.
Por casi una década, estuvo en los "Jueves de
Humor", del programa radial "Estamos en Kys", difundido a nivel
nacional por el Circuito Digital Kys todos los jueves de 7 a 9 de la
mañana, junto a los reconocidos periodistas Alba Cecilia Mujica y Sergio
Novelli; acompañado por el novel humorista Gilberto González,
conocido en Venezuela por las imitaciones de Marta Colomina y el ahora diputado, Miguel Ángel Rodríguez.
En 1996 realizó junto a Emilio Lovera el
programa de humor A primera
vista en Radio Caracas Televisión, programa que se
diferenciaba en mucho a Radio Rochela debido a un humor más
"preparado" sin embargo debido al bajo rating del espacio fue cancelado al poco
tiempo, en 1998 también con Emilio Lovera conducen el espacio radial Qué broma tan seria a través de la emisora Kiss FM,
programa de corte humorístico de fuerte critica política durante las elecciones
generales que se realizaban ese mismo año.
En 2000 tuvo una breve aparición como
anfitrión del programa Futuro
Seguro, transmitido por Televen.
Sin embargo, esto no duró mucho, y desde entonces no ha vuelto a formar parte
de ningún canal de televisión. Sin embargo, en 2004 participó en el programa Video Match, un reality show de humoristas latinoamericanos
organizado por la televisora argentina Telefe.
Márquez se llevaría el primer lugar en dicha competición.
Un punto destacado en la carrera humorística de Laureano, es
su empeño en dejar un legado de nuevos artistas de la comedia. Es así como
forma La Degeneración de Relevo:
un grupo de jóvenes comediantes, que tras su apoyo, no tardaron en volverse
foco del entretenimiento nacional, e impulsores del Stand up
Comedy en Venezuela.
Entre ellos destaca, Reuben Morales, Carlos León, Franártur Duque y Bobby Comedia.
Como escritor ha publicado tres libros de humor: Se sufre pero se goza, El Código Bochinche y Amorcito
corazón. Además, suele ser colaborador del periódico Tal Cual, de Teodoro
Petkoff, donde tiene una columna fija y eventualmente es el
responsable del editorial " Humor en Serio", por lo general, los días
viernes.