Los países de América Latina en su mayoría por no
decir todos a lo largo de sus historias, han sufrido amargamente de los golpes
de facto y/o golpes de estado en su generalidad dados por la fuerza de los
militares, entrampados en una suerte de ilusión por resolver los problemas de
miseria, insalubridad, analfabetismo, empleo e injusticias que sufren sus
pueblos.
Seudo-lideres
Cuando no
suscitados por guerrillas, narco-guerrillas, y uno que otro ungido mesías,
convertido en seudo-lider de las clases más necesitadas que; aprovechando una
coyuntura político social han ascendido a la alta magistratura de cualquiera de
estas naciones e incluso una cierta clase de resentido social que aprovechando
las debilidades de la democracia, propiciada por una clase gobernante
prostituida en la mayoría de estas naciones, se convierten en gobernantes de
forma legítima vía sufragio universal (votación democrática).
Pueblos decepcionados
Infortunadamente, los pueblos se van decepcionando,
pero no de un solo golpe, más bien como la gota de agua que poco a poco horada
una piedra y la perfora, así funciona esta dinámica socioemocional que
desvirtúa la fe y la confianza de la gente en sus gobernantes, que en nombre de
una democracia mediatizada los han defraudado, engañado, estafados, por una
ilusión que les han vendido sin ningún recato, plena de corrupción, tráfico de
influencia, perversión de la justicia, orfandad jurídica y desidia
institucional. Sin embargo en medio de esta barahúnda, de alguna manera algunas
cosas han funcionado.
La democracia bien entendida como sistema de
gobierno no es perfecto, más bien está llena de tantas imperfecciones que; es
esto precisamente lo que la hace avanzar y ser perfectible. Donde se practica
democracia la sociedad aprende a valorar las libertades, la justicia verdadera,
a valorar las instituciones por sus acertadas funciones en el ámbito que sea:
administración proba de los dineros públicos, la educación, la cultura, ética
en la aplicación de la justicia para todos, sin discriminación, igualdad de oportunidades
para todos los individuos de la sociedad.
Mal dotados y peligrosos
Existe un despropósito generalizado en las
individualidades que ascienden al poder, creyendo ser dioses ungidos por la
Divina Providencia para salvar al mundo. Desafortunadamente estos son los menos
dotados y peligrosos para ejercer funciones de gobierno, su santa voluntad está
por encima de los demás mortales, no aceptan críticas, sugerencias ni aún
opiniones de persona alguna. Estos seres se convierten en jefes de estado
autoritarios, dictadores y a su alrededor pululan la casta de los zánganos que
se enquistan junto a su amo en las fuentes del poder, para someter a los
pueblos, convirtiéndoles en lacayos y victimas de sus atrocidades.
Las ideologías
Desde el punto de vista ideológico, no creo que haya
diferencias apreciables entre socialistas y derechas, al fin y al cabo el que
gobierna esto lo tiene sin cuidado y solo usa el atavismo ideológico de manera
hipócrita y a conveniencia, Las dictaduras pueden ser de derecha o izquierda.
En este sentido todas son nefastas, si tenemos en cuenta todas barbaridades que
puede sufrir un ciudadano; desde la pérdida de la libertad e incluso en su
grado más extremo puede ser hasta de vida o muerte. Las consecuencias de caer
en desgracia en un régimen de esta catadura pasa por la aplicación de algún
tipo de sanción sin derecho a la defensa, siendo con la simulación de respeto a
tus derechos fundamentales de forma, no de justicia, persecución,
discriminación, difamación y sometimiento al escarnio público.
Tenemos en nuestra América Latina varios ejemplos:
Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua. Se mantiene una apariencia plena
de libertades y se reserva una banda perversa para restringir la libertad de
expresión y se somete a los medios de comunicación a una de las perversiones
más funestas. La autocensura. Finalmente; son los pueblos los que tienen que
madurar su pensamiento y consciencia democrática para elegir a sus gobernantes.
Sin hacer concesiones a ningún gobierno autoritario ni dictadura, venga de
donde venga.
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